viernes, 26 de febrero de 2010

La Palabra llega a Haití

Todavía están presentes en nuestras retinas las imágenes de la catastrofe de Haití. Todavía tenemos presente la muerte, el dolor, la tragedia. Pero también la solidaridad. Solidaridad que se hizo presente por medio de recursos humanos que llegaron a rescatar, a curar, a acompaña y, además, de recursos alimenticios, logisticos, de infraestructura, etc. Todos nos volcamos con nuestros hermanos haitianos. El terremoto lo destruyó todo. ¿Todo? La esperanza no y la generosidad tampoco.

El terremoto no sólo destruyó casas, edificios viviendas en las que la gente vivía, también destruyó colegios, parroquias, templos, casas de religiosos y religiosas. El terremoto sepultó el material escolar y el material de catequesis. Pero eso no impidió que la Iglesia haya continuado llevando el mensaje de salvación. Y quiere seguir haciéndolo. No sólo quiere dar pan material (comida), también quiere alimentar el espíritu de nuestros hermanos haitianos y llevarles la Buena Nueva del evangelio de Jesús. Por eso, sacerdotes, religiosos y religiosas de Haití han dado la voz de alarma y a través de nuestras hermanas Hijas de San Pablo de Santo Domingo (Republica Dominicana) han hecho llegar a la Sociedad Bíblica Católica Internacional (SOBICAIN) una petición de ayuda para poder difundir nuevamente la Biblia en Haití.

La SOBICAIN, con su Director Ejecutivo, Padre Francisco Anta (Paulino) se ha puesto rápidamente en marcha. En estos momentos, se están imprimiendo 22.500 ejemplares de La Bible des Peuples (en frances) que en breve serán enviados, mediante un contenedor, sin costo alguno y a portes pagados. La SOBICAIN quiere que estas Biblias lleguen directa y gratuitamente a sus destinatarios; por eso, las Hijas de San Pablo se han comprometido a su distribución.

Hay que dar las gracias a SOBICAIN, a las Hijas de San Pablo, a la Familia Paulina... Pero no sólo, gracias a la colaboraciópn generosa y desinteresada de los Talleres de Artes Gráficas Carasa y a los de Encuadernación Gómez Aparicio, ambos de Madrid, ya a la Fabrica Miquel y Costas de Barcelona. Pero sobre todo gracias a Dios que continua moviendo los corazones de los hombre que que hagamos realidad el Reino entre nosotros. ¡Ojalá que iniciativas como esta no caigan en el olvido!

Pablo sigue vivo hoy en iniciativas como ésta.

www.sobicain.org - sobicain@sanpablo.es

(Fuente: Hno. Walter Rodríguez, ssp)

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