jueves, 15 de enero de 2009

Sínodo de los Obispos de la Iglesia Sirio-Católica

Su Santidad Benedicto XVI, previa solicitud de la Iglesia Sirio-Católica y siguiendo el canon 72 #2 del Código de Derecho para las Iglesias Orientales, ha convocado el Sínodo de los Obispos de la Iglesia Sirio-Católica, el cual se celebrará del 17 al 23 de enero en Roma, en él será elegido el Patriarca de Antioquía de los Sirio-Católicos, que hasta su dimisión había ejercido Su Beatitud Ignace Pierre VIII Abdel-Ahad, en la actualidad, el gobierno de este Patriarcado estaba en manos de una Comisión al frente de la cual estaba Mons. Théophile Georges Kassab, arzobispo de Homs, Hama y Nabek de los Sirios.

Los dos primeros días del Sínodo estarán dedicados a la oración y a la reflexión.

El Sínodo estará presidido por el Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.

Para aquellos Bloggeros que conozcáis poco acerca de esta Iglesia hermana, os hago una breve reseña acerca de ella extraida del libro Las Iglesias Orientales Católicas, editado por San Pablo.

Los escritos del Nuevo Testamento mencionan a Siria como el territorio de una provincia romana, donde el cristianismo pronto se difundió: Tiro y tolemaida, Sidón, Damasco y su capital Antioquía. Aunque la presencia cristiana no está documentada hasta el siglo II o III, fue una de las regiones más cristianizadas del Imperio.
En las primeras controversias cristológicas, el monofisismo prendió en Antioquía, donde residían muchos enemigos del concilio de Calcedonia. Cuando en el año 518 comienza la persecución contra los monofisitas, la emperatriz Teodora también ampara la reorganización del monofisismo llevada a cabo por Jacobo Baradero.
La Iglesia siria es pues, de filiación jacobita (en recuerdo de su organizador) o monofisita, extendiéndose hasta el norte de Mesopotamia, y en el siglo XVII hasta la costa india de Malabar. Ya en las cruzadas hubo contactos entre los latinos y los sirios jacobitas, pero con el proceder de los latinos no hubo exito, aunque eran enemigos de los bizantinos. La unión de los sirios con Roma se produce en el concilio de Florencia, pero sin perseverancia.
El Patriarcado Antioqueno de los sirios católicos fue instaurado en 1662, siendo su primer patriarca Andrés Akhidijian (+1677), obispo de Alepo. Los sirios católicos fueron perseguidos por los jacobitas: estos envenenaron a Ignacio pedro IV, segundo patriarca (+1702), permaneciendo la sede vacante hasta 1774, en que se convierte al catolicismo el obispo de Alepo, Miguel Giarve, que reorganizó el patriarcado, y otros ocho obispos jacobitas. La aprobación de Roma lega en 1783 y en 1787 el Papa Pío VI señala Beirut como la sede del Patriarcado Sirio Católico. En 1830 las autoridades turcas reconocen a los sirios católicos como una Iglesia distinta. Los sucesores del Patriarca Miguel continuaron organizando la Iglesia siria y su liturgia.
En 1997 eran alrdedor de 110.747 católicos pertenecientes a la Iglesia Sirio Católica.

Oramos por estos hermanos nuestros, pablos vivos hoy, y por las deliberaciones del Sinodo, que el apóstol Pablo que se retiró al Desierto de Damasco, les acompañe en esta andadura y recojan abundantes frutos que repercutan en la Iglesia universal.

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