martes, 3 de febrero de 2009

UN AÑO DESPUÉS

Todavía me parece que fue ayer, y ha pasado ya todo un año. ¿Os acordáis? Empezamos poquitos, el piso superior de la librería Paulinas de Valencia, casi sin conocernos, casi sin saber qué hacer en la reuniones... Comenzamos reflexionando acerca de los medios de comunicación social, pero después quisimos profundizar más y mejor en nuestro ser cristianos. Y ¡claro! quién mejor para acompañar nuestro itinerario que san Pablo. Además nos encontrábamos dentro del Año Paulino proclamado por el Papa. Paso a paso, día a día, mes a mes... Hemos cumplido un año.

Todo esto ha sido gracias a la labor callada de muchos, no se pueden decir nombres, porque todos y cada uno del grupo ha ido aportando su granito de arena, desde el que convoca, al que participa con su diálogo y con sus dudas, hasta el que va esporádicamente, de vez en cuando. Todo hemos hecho realidad la andadura y la permanencia del Grupo Paulino de Valencia. Sí así es... Grupo Paulino de Valencia. Empezamos sin un nombre concreto. Simplemente eramos un grupo. Hoy somos algo más... Tenemos una identidad específica: consideramos que el Apóstol Pablo es nuestro modelo. Estamos profundizando en su personalidad, estamos leyendo sus cartas, intentamos comprender su teología... Pero, sobre todo, nos estamos enamorando de él.

Mi aportación al grupo no es que sea muy grande, simplemente os voy a acompañar de vez en cuando. Pero, quiero que sepais una cosa: yo no voy a animaros... sois vosotros los que me animáis a mí; soy yo, el que aprende como leer a Pablo y como acercarme a la Palabra; me habéis enseñado a escrutarla y escudriñarla; me habéis ayudado a leer a Pablo con ojos distintos, con la mirada sencilla de los cristianos comprometidos que a pesar de todas las dificultades inténtais llevar un cachito de evangelio al mundo que os rodea. Yo os quiero dar las gracias desde aquí.


No desfallezcáis. Seguid adelante, como el Apóstol: lanzados hacia adelante. Os llamáis Grupo Paulino de Valencia, porque en Valencia sois Pablo vivo hoy. Pertenecéis a una gran Familia que os apoya y os ama: La Familia Paulina. Y a todos y cada uno de vosotros os pongo bajo la protección de nuestra Madre María, Reina de los Apóstoles y bajo la intercesión del Beato Santiago Alberione, que es os siga acompañando en la apasionante aventura de conocer cada vez mejor al Apóstol de las Gentes. No os canséis de hacer el bien y de difundir el evangelio.

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